Pero, ¿Cómo pasó?
Todo comenzó en 2009, cuando conseguí mi primer trabajo como ingeniero de software. Me dedicaba principalmente al desarrollo de backend, pero sentía mucha curiosidad por el desarrollo de productos y otras áreas de software, ya que mi objetivo era crear aplicaciones y productos digitales por mi cuenta.
Desde el principio me interesé por el desarrollo frontend, y también me involucré en el desarrollo de apps para android en sus inicios. Y aunque no era demasiado aficionado, ni me gustaba tanto, tuve que diseñar bases de datos y desplegar aplicaciones en diferentes tipos de servidores, tanto on-premise como varios proveedores en la nube.
Me di cuenta de que si quería convertirme en un ingeniero full-stack de primer nivel, necesitaba aprender y tener conocimiento en todas las áreas involucradas.
Años después, cofundé mi primera startup y asumí el rol de CTO. Lo aprendido me ayudó a crear el primer prototipo, pero ser CTO me exigió una visión aún más amplia de la tecnología, incluyendo el diseño de producto, métricas, arquitecturas modulares, o APIs, entre otras.
Con mi experiencia en cada una de estas áreas, desarrollé una visión técnica de 360° que me permitió como líder entender a los diferentes departamentos y profesionales involucrados en todas las etapas del proceso de desarrollo: desde las entrevistas a los clientes hasta el despliegue en producción.
Mi otro superpoder: Traducir entre negocios y tecnología 💥
Por un lado, el CEO, los directivos y los inversores sentían que yo les entendía cuando hablaban de la estrategia de negocio, o cuando tenía que interpretar sus requerimientos. De hecho, también hablaba su idioma cuando tenía que explicarles mis desafíos técnicos.
Además, el equipo de producto se sentía muy cómodo cuando explicaba la visión de alto nivel y las dependencias de unas áreas con otras sin jerga técnica. También cuando veían calendarios realistas, o planes alternativos optimistas y pesimistas.
Por el otro lado, me entendía con mi equipo: las estimaciones, los plazos, los retos técnicos. Podía apoyarles y comprenderles, aunque ellxs fueran los expertos.
Ambas partes vieron en mí a un socio que luchaba por sus intereses: me había convertido en el puente que muchas organizaciones piden entre el área de negocio y de tecnología.
Desarrollé estos 2 superpoderes como consecuencia de mi exposición temprana a las diferentes áreas de un producto digital, a liderar proyectos complejos y a crear compañías de 0. Y fueron la razón por la que pude crecer como CTO: incluso cuando no era un “líder” adecuado, al menos podía administrar todo lo relacionado con el producto y la tecnología con un éxito razonable.
Luego de comprender el verdadero rol de un líder técnico, y de hablar con cientos de ellos dentro de LIDR Academy, quiero compartirte los 3 elementos que considero clave para lograr una visión técnica de alto nivel.
🐦 Vista de pájaro
Una de las cosas más importantes para los líderes en tecnología es salir de su área de especialización (backend, frontend, datos) y ver el producto desde una perspectiva de nivel superior para generar expansión.
¿A qué me refiero con expansión?
Los grandes líderes en tech expanden horizontalmente los límites de las tecnologías que conocen, permitiéndoles ver la tecnología como un todo.
En lugar de enfocarte en el funcionamiento individual de cada parte, es importante que te centres en cómo todas las piezas encajan para satisfacer las necesidades del negocio, incluyendo las interacciones entre las diferentes tecnologías y los procesos que las respaldan, así como los equipos responsables de cada área.
Es tu responsabilidad supervisar el resultado combinado y delegar los detalles de bajo nivel a tu equipo.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todo es horizontal.
Como líder de tecnología, también debes tener una perspectiva vertical y considerar el impacto a largo plazo de las decisiones que se toman y los riesgos que se asumen.
Para lograr un equilibrio adecuado en todas las áreas que afectan el resultado de tu equipo, te recomiendo utilizar un marco simple que he utilizado con éxito en el pasado: las 3P (Personas-Producto-Procesos).
Este marco define cómo funciona un negocio y ayuda a garantizar que se preste atención a todos los aspectos relevantes que influyen en el éxito general.
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