Es difícil no sentir este síndrome cuando te encuentras fuera del código durante varios días seguidos. O cuando no revisas la documentación técnica con tanta frecuencia. Te ves pasando literalmente todo el día de reunión en reunión, de Slack al correo electrónico, de fuego en fuego.
👉 Sientes que tu trabajo no tiene impacto.
👉 Sientes que nada mejora.
👉 Incluso te sientes “obsoleto” a nivel técnico.
¿Es así?
¡Te entiendo! He tenido el síndrome del impostor en casi todas mis etapas: CTO primerizo, primera contratación para mi equipo, primer gran proyecto a entregar, primera presentación a inversores…
Esta frustración, agobio, obsesión o inseguridad suceden principalmente cuando nos enfrentamos a nuevas situaciones. — Estás tratando de realizar una nueva tarea, algo que no sabes (aún) cómo hacer al 100%, cómo evaluar si la has hecho bien, qué resultados esperar, o cuándo van a llegar.
Estar fuera de la zona de confort pone a nuestro cuerpo y nuestra mente en alerta.
Te pongo el ejemplo contrario: Imagina que eres developer backend, y durante 3 años, semana tras semana, sprint tras sprint, te piden realizar endpoints API para el frontend. Cambiar algún parámetro, modificar el origen de los datos, algún cambio en la lógica… Pero esencialmente, mismo proceso, mismas líneas de código.
¿Tú crees que tras esos 3 años, sentirías ese cosquilleo en el estómago en la sesión de planificación, esas dudas e incertidumbre ante un reto desconocido, o esa sensación de que no estarás a la altura?
¡Seguro que no! ❌
Esta sensación ha sido una constante en mi vida, te pongo algunos ejemplos:
Yo cofundando una startup → No tenía ni idea de lo que hacía, había dejado mi trabajo y había invertido mis ahorros para crear un producto que no se vendía.
Yo contratando mi primer equipo → ¿Cómo se supone que voy a liderar a ingenieros más mayores y con más experiencia que yo?
Yo preparando mi entrevista con Facebook → Ni de lejos estoy a la altura en algoritmos y patrones de diseño, me van a banear de por vida.
Yo delante de la cámara (y de 600 personas) en mi primer evento de LIDR → ¿Qué tengo yo que enseñar a estos profesionales con mucha más experiencia? ¿Por qué iban a querer escucharme a mí? ¿Qué valor les voy a aportar?
✋ Aunque sea normal sentirlo, es algo con lo que debes batallar a diario, afrontar y pasar a la acción. Esta reacción al salir de tu zona de confort es instintiva, un mecanismo de seguridad heredado de cuando salir de la caverna podía suponer no vivir un día más. Así que lo importante es atreverse, o de lo contrario nunca sabrás lo que hubiera podido pasar.
Entonces, la pregunta es:
¿Cómo te preparas mentalmente para tomar acción?
Si tuviera que resumirlo en un solo consejo, sería el siguiente:
Pregúntate, ¿qué es lo peor que podría pasar?
¿Cuán probable es que tu vida esté en peligro, que pierdas el trabajo, que no tengas un techo o falte comida en el plato?
Quizá todo lo que puede pasar es que vas a recibir un NO.
¿Y?
Acostumbrarte a que las cosas no salgan como esperas es un aprendizaje crítico. Aprende a lidiar con el NO y con el fracaso, porque es solo eso, la validación de que ese camino no es el correcto, o al menos no en ese momento. Eso te fuerza a pensar en alternativas, analizar qué es lo que falta, y volver a tomar acción.
Cuando lo ves en retrospectiva, resulta que el resultado final no es tan fatídico como nuestra cabeza nos decía. En mi caso:
La startup no salió bien. Perdí dinero. Pero esa experiencia la valoran mucho los headhunters, y mi salario empezó a crecer de forma exponencial, cubriendo los años a 0 y por supuesto mejorando los posibles aumentos como ingeniero de software.
Los senior a los que fiché entendían que mi rol y funciones eran diferentes, y valoraban mi visión de negocio y mi capacidad de ver “el cuadro completo” de tecnología.
Resulta que mi percepción sobre mi nivel técnico era errónea, y cumplía perfectamente para Facebook. De hecho, me siguieron llamando tras rechazar la oferta
El evento salió genial, la gente estuvo súper agradecida del contenido compartido e incluso algunos mencionaron que comenzaban un nuevo plan de acción ese mismo día.
Así que:
Visualiza el escenario desfavorable, y estarás añadiendo un poco de objetividad a la ecuación. Normalmente no va a pasar nada “drástico”.
Cuando veas que la mayoría de las veces has logrado y superado aquello que tanto temías, cada vez será más fácil desafiarte a ti mismo para enfrentarte a lo nuevo y desconocido.
¿Y cómo ponerlo en práctica?
Te comparto algunos consejos que me han ayudado a lo largo de los años, en diferentes situaciones, a lidiar con el síndrome del impostor. Sobre todo, cuando me convertí en manager por primera vez:
1️⃣ Aborda tus inseguridades
Lo primero que debes hacer si quieres convertirte en un gran manager, es abordar tus inseguridades. Habla con tu gerente y tu equipo, muéstrate vulnerable y no te quedes ese sentimiento solo para ti.
Aprenderás que muchas de las suposiciones sobre el futuro, sobre lo que pensarán los demás si fallas, o sobre las posibles consecuencias de no estar a la altura, solo viven en tu mente.
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